lunes, 27 de octubre de 2008

caminaba el horizonte
entre líneas de
humo
retorciendo el dolor
constante sin mar
y
sin ventana
aprovechó la ceguera
para dejarse caer
entre ladridos de cayucos
caminaba entre el mar
y los resortes de la camas
calientes
en un aplauso por saltar
el muro
caminaba la limosna
indiferente de la suerte
disparo en la sien
caen los movimientos
forzados
tiempos corroídos
un gatillo una bala
por qué: pensamientos
aburrimiento de los huesos
y la templanza de una taza de café
forense del mar
entre los puertos de
tu cuerpo
tu pelo
tu olor
autopsia de besos
y lumbre de la mesilla
res-piro tu ausencia
contemplo
una montaña de hierbas
en mi puerta
barro condolencias
de una ciudad
a-temporal