esa noche abandoné
la periodicidad de la tabla
balancee mi cuerpo
y escupí todos los alcoholes
despejé el oxígeno y
nitrógeno
para acomodarme
en la rabia de no adivinar
una fórmula antiquísima
de espejismos virtuales
esa noche arranqué el metal
de mis venas
y me desnudé
en la blandura
de la desprotección
en fragilidad contemplativa
y frente a mis ojos
una tabla que ya no servía
1 comentario:
Que bueno que haya un libro en proceso... estupendo Clarisa.
Me encanta ver que los compañeros sigan creciendo y escribiendo.
Un abrazo hasta las pampas.
Gio.
Publicar un comentario