lunes, 16 de noviembre de 2009

LEJANIAS TRASPUESTAS

16

dos más dos no son 4
ni 4 es multitud
dos son dos y es igual
a cuatro manos
y la enorme cantidad de
20 dedos en las manos
vacías
la belleza se contonea
en otras líneas
de los surcos de tu otra cara
un abismo oscuro
tal vez y sólo tal vez
en otro tiempo
distante


17

dejar una puerta
entreabierta
entretejiendo: por qué
en la música
de los desprecios a las palabras
en la sombra
de un árbol del desierto
sombra del planeta no descubierto: no abierto


18

¿quién cerró el cajón?
quién dejó olvidado
la colilla sin apagar
quién no cogió el autobús
quién no apagó la luz de casa
al salir
quién se olvidó de mis labios
quién no apuntó el teléfono
y esperó a que colgara
para decir adiós
quién fue
quién a la sombra
escribió palabras tras palabras
quién cerró en una carta
el cariño
quién se olvidó
de bombear sangre
¿quién?
tal vez tu


19

los gritos de ausencia
y los llantos entre paredes
de sombras
de arena y cal
de adobe cocinado a destiempo
de cucharas vacías
mientras
el gato ronronea
a la pata de la silla
el placer del algodón
abierto al viento
desde las entrañas hasta los dedos
puntos cardinales
arremolinar los gritos
juntarlos
aglutinarlos
aclamarlos
y salpicarlos de angustia
y luego ó tal vez
más luego
esparcirlos en la tierra


20

en términos generales
fui feliz
en términos globales
me acerqué a ti
en términos macroeconómicos
te ofrecí tiempo
en términos socioculturales
te amé como nadie
pero en resultados generales
no te diste cuenta que estuve allí


DESPERT ...

encuentro un racimo
de verdad
y vuelo hacia lo inconexo
del delirio
tengo cosquillas
regaladas / prestadas
mientras atravieso
el aire con alas
medito:
oscuridad
melancolía
belleza
sigo / continúo
aleteando
hacia otra orilla
otra isla


22

corazón de purpurina
que habitó escenarios
ahora yace
in-luminado


RULETA

apuesto los cirios
y los candelabros
al sabor insípido
de la angustia
apuesto
convalecencia
en el espejo
y me miro
a-través


24

encuentro un tiempo
obsecuente
mancebo
determinante de encuentros


vuelvo a la orilla
río
sauces
y barrancos


descubro espacio
donde aposento
desnuda
exhibo mis tetas
pubis
y pies


consumo el humo
del desaire
tiempo
en bailes
y me guardo
en el bolsillo: arrugas
canas
tiempo y espacio



EL PAPEL DEL CIGARRILLO

fumo la tempestad
del mar en los versos
camino por mi cuerpo
humeando recovecos
soledades
busco tabaco
entre dedos magullados
poso los huesos
de la mañana
entre café y azúcar
por una ventana al muro
y las chimeneas
concentran flema de
calles / noche / hastío
fumo realidades
virtualidades
con un solo papel
de versos


AGUA HIRVIENDO

entre espuma y sal
hay orificios descontentos
en ese hueco me
sepulto al atardecer
nado por músculos
espacios
de aire
de 3,141616241502
buceo por la desidia
del tiempo minusválido
con besos sin sabor
entre gramos
de arena húmeda
armo un continente
y doy forma a burbujas
calientes
que chocan
en rocas
acantilados
fiordos
en la realidad


METILICO

esa noche abandoné
la periodicidad de la tabla
balancee mi cuerpo
y escupí todos los alcoholes
despejé el oxígeno y
nitrógeno
para acomodarme
en la rabia de no adivinar
una fórmula antiquísima
de espejismos virtuales
esa noche arranqué el metal
de mis venas
y me desnudé
en la blandura
de la desprotección
en fragilidad contemplativa
y frente a mis ojos
una tabla que ya no servía


AHORRE EN PASOS

desde su displicencia
y la comodidad
hay un paso
las imágenes continuadas
transportan su vendaval
imaginario
a los surcos
de contemplación
ausente
y sólo hay un paso
su vida-perro
consiste en ladrar
comer
beber: poquito
y ahuyentar las penas
con el rabo
un paso
lado frontal de
vida/desvivida
entre pasos
in/caminados


UN OBJETO EXTRAÑO EN MI JARDÍN

no hay rosas
ni amapolas
el césped ya no crece
mi jardín es la negación
la autoafirmación de la nada
ni el sol se pone
ni nubes transcurren
sobre esos metros
hay algo insípido
soporífero de ternura
un objeto se ha plantado
extraña rareza
un cuerpo humano
flanqueado de musgo
un objeto
una ausencia/no presencia
un jardín con lejanía del ser


CENTRO Y PERIFERIA

la muerte vino a golpearme
en una mejilla
tan altanera
y confiada
desde la circunferencia del olvido
bofetones
por la periferia
los algodones secan lágrimas
de esa parca temblorosa
que olvidó el oficio
otra mejilla
atenuará su caída


2 comentarios:

Federico dijo...

perturbadores algunos versos... me atrae la fuerza de los quiebres.
avanti.
saludios
f
http://a-notaciones.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Hola Clarisa. Como siempre un placer leerte. Besos.
Manuel Alcazar.